Chile en el Centro del Futuro Digital: Inversión Multimillonaria en Data Centers Liderada por ACS

SUCESO IMPORTANTE EN EL SECTOR CONSTRUCCIÓN

La reciente adquisición de la empresa chilena Fleischmann por parte del grupo ACS marca un hito en la expansión de la infraestructura digital en Latinoamérica. Con un ambicioso plan nacional de data centers valorizado en más de 4.100 millones de dólares, Chile se posiciona como líder estratégico en la región. Este artículo explora el impacto económico, tecnológico y geopolítico de esta transformación. También analiza las oportunidades y desafíos que enfrenta el país al convertirse en un nodo clave del almacenamiento y procesamiento de datos a nivel global.

Chile en el Centro del Futuro Digital: Inversión Multimillonaria en Data Centers Liderada por ACS

Fecha:
Friday 11 Jul de 2025

Gestor:
INSTITUTO IDARC

La apuesta de ACS por Chile: una jugada estratégica

La adquisición de Fleischmann por el grupo español ACS representa más que una simple operación comercial: es una clara apuesta por el futuro digital de Latinoamérica, con Chile como eje central. Fleischmann, una firma chilena con 80 años de trayectoria en ingeniería, es responsable del 40 % de los centros de datos construidos en el país, lo que la convierte en un actor clave del ecosistema digital. Con esta compra, ACS busca consolidar su presencia en un sector en auge, donde la demanda por infraestructura de datos sigue en crecimiento exponencial.

Esta operación también refleja una tendencia global: la internacionalización de la construcción especializada en infraestructura tecnológica. ACS no solo busca posicionarse en Chile, sino usar el país como plataforma de entrada al mercado latinoamericano de data centers. La experiencia de Fleischmann y su conocimiento del entorno normativo y técnico chileno aportan un valor estratégico esencial. A través de esta alianza, se proyectan sinergias que permitirán acelerar el desarrollo de nuevos proyectos a gran escala, potenciando tanto la inversión privada como la infraestructura pública.

 

Un mercado en expansión: el plan chileno de data centers

Chile cuenta actualmente con uno de los entornos más atractivos para la instalación de centros de datos en América Latina. Factores como la estabilidad política, disponibilidad energética, marco regulatorio favorable y una creciente demanda digital lo convierten en un destino estratégico para inversionistas globales. En este contexto, el Plan Nacional de Data Centers proyecta una inversión total superior a los 4.100 millones de dólares, impulsando la creación de hubs tecnológicos que permitirán alojar datos de empresas multinacionales y organismos gubernamentales.

Este ambicioso plan no solo busca aumentar la capacidad de procesamiento de datos en el país, sino también posicionar a Chile como un nodo digital clave en el Pacífico sur. Los centros de datos son esenciales para el funcionamiento de la economía digital, ya que permiten el almacenamiento seguro de información, la operación de servicios en la nube y el soporte de plataformas de inteligencia artificial. La construcción de estos centros implica inversiones en energía, telecomunicaciones, redes y talento humano especializado, generando además un efecto multiplicador en la economía nacional.

 

La nueva geografía digital de Chile: polos emergentes

Santiago ha sido el epicentro del desarrollo tecnológico, pero nuevas regiones comienzan a captar el interés de los inversionistas. Zonas como Antofagasta, Concepción y Valparaíso se perfilan como polos emergentes para la instalación de data centers, gracias a su acceso a redes de fibra óptica, su cercanía a puertos marítimos y su capacidad energética. Estas áreas ofrecen ventajas logísticas y oportunidades de descentralización, claves para una estrategia nacional de cobertura tecnológica equitativa y resiliente.

La expansión hacia regiones descentralizadas también tiene un fuerte impacto en términos de desarrollo local. La construcción de centros de datos en zonas alejadas de la capital genera empleo especializado, dinamiza el sector de la construcción y fomenta la capacitación técnica. Esto puede contribuir a reducir brechas territoriales y mejorar las condiciones de conectividad, permitiendo que más zonas del país accedan a servicios digitales de calidad. Chile, así, no solo se digitaliza: también se democratiza tecnológicamente.

 

Tecnología, sostenibilidad y eficiencia energética

Uno de los desafíos clave en el desarrollo de centros de datos es el consumo energético. Estas instalaciones requieren grandes cantidades de energía para operar y, sobre todo, para mantener temperaturas controladas que eviten el sobrecalentamiento de los equipos. En ese sentido, Chile ofrece una ventaja competitiva al contar con una matriz energética en proceso de descarbonización y con amplio acceso a fuentes renovables, como la solar y la eólica. Esto permite construir data centers más sostenibles y eficientes desde el punto de vista ambiental.

La sostenibilidad ya no es una opción, sino una exigencia del mercado global. Empresas como Google, Amazon y Microsoft —potenciales usuarios de estos centros— exigen estándares internacionales en eficiencia energética y huella de carbono. Por ello, la construcción de data centers en Chile incorpora soluciones innovadoras como sistemas de refrigeración con aire exterior, reutilización de calor y estructuras modulares optimizadas. El resultado es una nueva generación de infraestructura digital, alineada con los compromisos climáticos del país y la agenda verde internacional.

 

El efecto multiplicador en la economía chilena

La inversión en centros de datos no se limita a los recursos destinados a su construcción. Su efecto se extiende a lo largo de la cadena de valor, generando oportunidades en los sectores de energía, telecomunicaciones, transporte, educación y servicios profesionales. Por cada centro de datos construido, se crean miles de empleos directos e indirectos, muchos de ellos altamente calificados. Además, estas infraestructuras fomentan la innovación al facilitar el acceso a tecnologías de punta, como la inteligencia artificial, el big data y el internet de las cosas.

En términos fiscales, la llegada de inversiones extranjeras en el sector digital incrementa la recaudación tributaria y promueve la formalización laboral. También estimula la demanda de servicios locales, desde ingeniería y arquitectura hasta catering y seguridad. Por tanto, cada nuevo data center no es solo una instalación tecnológica, sino un motor económico que transforma el entorno donde se implanta. Chile puede aprovechar esta oportunidad para diversificar su economía y fortalecer su posicionamiento en el mercado digital global.

 

Riesgos y desafíos del crecimiento acelerado

Si bien el crecimiento del sector es prometedor, también presenta desafíos importantes. Uno de ellos es la disponibilidad de talento humano capacitado en áreas como ingeniería de redes, mantenimiento de infraestructura TI y gestión energética. La demanda de profesionales con formación técnica y especializada supera hoy la oferta disponible en el país. Esto obliga a repensar los programas de formación profesional y fortalecer la articulación entre universidades, centros de formación técnica y empresas del sector.

Otro reto es la regulación. El marco normativo debe adaptarse a la velocidad del cambio tecnológico, garantizando estándares de seguridad cibernética, uso ético de los datos, protección ambiental y condiciones laborales justas. Asimismo, deben establecerse protocolos de transparencia y fiscalización para evitar monopolios o prácticas de concentración excesiva. Si estos desafíos no se abordan de manera proactiva, el crecimiento del sector podría verse limitado por cuellos de botella institucionales o conflictos sociales.

 

Chile como hub digital de América Latina

Con esta nueva ola de inversiones, Chile se perfila como uno de los principales hubs digitales de América Latina. Su ubicación estratégica en el Pacífico, su conectividad con cables submarinos y su creciente red de data centers le permiten prestar servicios a toda la región. Esto convierte al país en un aliado clave para empresas globales que buscan expandir su capacidad de procesamiento sin depender de centros localizados en Estados Unidos o Europa. En términos geopolíticos, esto aumenta el protagonismo internacional de Chile como proveedor de infraestructura crítica.

Además, al convertirse en un hub digital, Chile mejora su resiliencia tecnológica y su soberanía en el manejo de datos. En un contexto global marcado por tensiones geopolíticas, ciberamenazas y dependencia tecnológica, contar con centros propios de almacenamiento y procesamiento ofrece ventajas estratégicas para el Estado, las empresas y los ciudadanos. La conectividad segura, rápida y soberana se vuelve un activo fundamental para el desarrollo nacional en el siglo XXI.

 

Futuro del mercado: ¿Qué sigue después?

La compra de Fleischmann podría ser solo la primera de varias operaciones similares en los próximos años. Con un mercado en plena expansión y un ecosistema en maduración, es probable que nuevos actores internacionales ingresen a competir o asociarse con firmas locales. También se espera una ola de consolidaciones que permita mejorar la eficiencia y capacidad instalada de los operadores existentes. En este escenario, Chile deberá definir su estrategia nacional para el desarrollo digital con mirada de largo plazo.

En los próximos años, el desafío será mantener el impulso inversor, asegurar un crecimiento equilibrado y fomentar la creación de valor local. La meta no es solo construir más centros de datos, sino también convertir a Chile en un referente en servicios digitales avanzados, investigación tecnológica y desarrollo de software. Si se logra combinar infraestructura con talento y visión estratégica, el país podrá liderar una transformación digital inclusiva, resiliente y sostenible.

Contacto comercial del país EcuadorEcuador

Contacto comercial del país ChileChile

Contacto comercial del país ColombiaColombia