El sector de la construcción privada en Argentina atraviesa un proceso de reacomodo que revela profundas brechas socioeconómicas. Mientras el mercado inmobiliario experimenta un repunte significativo en los proyectos de lujo —especialmente en Buenos Aires y Córdoba— la vivienda media y popular continúa prácticamente paralizada, afectada por altos costos, baja financiación y un contexto económico todavía inestable.
Empresas constructoras reportaron que la demanda actual se concentra en remodelaciones premium, edificios de alta categoría y emprendimientos exclusivos, al tiempo que la actividad en obras industriales y desarrollos destinados a sectores de ingresos medios ha quedado relegada. Este comportamiento evidencia una creciente desigualdad en el acceso a la vivienda y plantea interrogantes sobre la sostenibilidad social y económica del sector.
Fecha:Thursday 20 Nov de 2025
Gestor:INSTITUTO IDARC
Durante el último trimestre, desarrolladores inmobiliarios confirmaron un aumento en la puesta en marcha de obras de lujo, impulsadas por inversores que buscan proteger capital en activos inmobiliarios de alta gama. Entre las tendencias más destacadas se encuentran:
Torre premium en zonas de alto valor, como Puerto Madero, Palermo y Barrio Norte en Buenos Aires.
Nuevos complejos residenciales y lofts de diseño en áreas estratégicas de Córdoba capital.
Remodelaciones de departamentos históricos orientadas al mercado corporativo o alquiler temporario.
Este segmento, generalmente menos dependiente de créditos bancarios y más vinculado a capitales líquidos, ha logrado sostenerse incluso en un contexto de volatilidad financiera.
En contraste, la vivienda destinada a sectores medios y de bajos ingresos continúa sin dinamismo. Las constructoras identifican varios factores que explican este estancamiento:
Altos costos de materiales que encarecen la construcción tradicional.
Dificultades de acceso al crédito hipotecario, incluso para trabajadores formales.
Reducción de subsidios y programas estatales orientados al acceso habitacional.
Incertidumbre económica, que desalienta decisiones de compra en familias de ingresos medios.
El resultado es un aumento de la brecha habitacional, con miles de familias imposibilitadas de acceder a una vivienda propia o de mejorar sus condiciones actuales.
Las empresas constructoras señalaron que la actividad en 2025 se ha concentrado en:
Remodelaciones y ampliaciones de viviendas ya existentes, especialmente en sectores de mayores ingresos.
Obras pequeñas de mantenimiento impulsadas por propietarios que buscan revalorizar inmuebles en zonas urbanas.
Servicios especializados, como diseño de interiores, paisajismo y adecuaciones corporativas.
Mientras tanto, la construcción industrial muestra niveles de actividad reducidos, afectados por la falta de inversión manufacturera y la desaceleración de nuevos proyectos productivos.
La dinámica actual revela un mercado dividido en dos velocidades:
Un sector premium dinámico, impulsado por capital privado y decisiones dolarizadas.
Un sector general deprimido, que depende de crédito y políticas públicas que hoy son insuficientes.
Este escenario alimenta preocupaciones sobre la desigualdad estructural en el acceso a la vivienda, un tema que expertos advierten podría agravarse si no se implementan medidas fiscales, urbanísticas y sociales orientadas a la vivienda asequible.
Para revertir la tendencia, especialistas recomiendan:
Diseñar nuevos programas de financiamiento accesible.
Incentivar la construcción de viviendas económicas y sostenibles.
Fomentar la inversión industrial y productiva, que suele generar demanda de infraestructura.
Avanzar en políticas urbanas inclusivas, que eviten la concentración del desarrollo solo en sectores de altos ingresos.
Mientras tanto, el sector privado seguirá operando con una lógica de reacomodo donde los proyectos de lujo y remodelaciones marcan el ritmo, dejando en evidencia la desigualdad creciente que atraviesa al mercado inmobiliario argentino.