El mercado de la construcción en Argentina enfrenta una etapa crítica marcada por la inflación, la suba del dólar y el alto costo de los materiales, que elevan significativamente el precio de edificar una vivienda. Según La Nación, construir una casa de 110 m² cuesta entre USD 151 000 y USD 243 000, con un valor por metro cuadrado de hasta USD 2 000 + IVA, el más alto de la última década. La mano de obra, el hierro y el cemento son los principales impulsores del incremento, afectando especialmente a la clase media. Ante esto, el sector busca alternativas más eficientes y sostenibles, como la construcción en seco y módulos prefabricados, que reducen tiempos y costos. Pese al contexto adverso, la construcción sigue siendo un termómetro económico clave, generando empleo y movimiento productivo en todo el país.
Fecha:Tuesday 21 Oct de 2025
Gestor:INSTITUTO IDARC
El mercado de la construcción en Argentina atraviesa un momento complejo, marcado por la inflación, la suba del dólar y el encarecimiento de los materiales. Según un reciente informe de La Nación, construir una vivienda de 110 m² cuesta hoy entre USD 151 000 y USD 243 000, dependiendo del tipo de materiales y terminaciones. El costo por metro cuadrado oscila entre USD 1 300 y USD 2 000 + IVA, lo que representa uno de los valores más altos en la última década para el sector residencial.
“El incremento sostenido de los insumos, especialmente el hierro, el cemento y la mano de obra calificada, ha impactado directamente en los presupuestos de construcción”, señaló un vocero de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco). “Hoy construir una vivienda familiar estándar es un desafío financiero incluso para la clase media alta”.
El aumento de costos responde a una combinación de factores económicos y estructurales.
La inflación anual del país, que supera el 140 %, ha afectado los precios de todos los materiales de construcción, con subas del 20 % al 30 % en solo tres meses. A ello se suma la devaluación del peso argentino, que encarece los insumos importados como revestimientos, sanitarios, sistemas eléctricos y carpintería de aluminio.
El incremento salarial del gremio UOCRA (Unión Obrera de la Construcción) también impacta, ya que la mano de obra representa más del 35 % del costo total de una obra.
Las provincias con mayores costos de construcción son Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza, donde la demanda de materiales supera la oferta y los fletes elevan los precios finales. En contraste, en zonas del norte y del litoral los valores pueden ser hasta un 20 % más bajos.
Frente a este panorama, los profesionales del sector impulsan soluciones constructivas más eficientes y sostenibles, como sistemas de construcción en seco, módulos prefabricados y estructuras metálicas livianas, que reducen los tiempos y costos de obra hasta en un 25 %.
Además, algunos desarrolladores recurren al financiamiento en dólares o al trueque de materiales, mientras que otros ofrecen proyectos llave en mano, con precios cerrados en divisa extranjera para evitar la volatilidad del peso.
Los arquitectos también destacan el crecimiento de la vivienda autosuficiente, con paneles solares, recolección de agua pluvial y aislación térmica avanzada, lo que permite reducir el gasto energético a largo plazo.
La construcción de viviendas particulares, que históricamente ha sido una de las principales formas de resguardo del capital en Argentina, se encuentra en retroceso.
El número de permisos de obra nueva cayó un 18 % interanual, según datos del INDEC, y la actividad privada representa hoy menos del 40 % del total del sector.
No obstante, la obra pública mantiene un papel central en la generación de empleo y demanda de materiales, con proyectos de infraestructura provincial y planes de vivienda social como el Programa Casa Propia.
El sector privado, por su parte, espera que las condiciones macroeconómicas mejoren para retomar proyectos paralizados y recuperar dinamismo en el corto plazo.
Construir una casa en Argentina en octubre de 2025 se ha convertido en un reto económico y técnico, donde cada decisión —desde el tipo de material hasta la forma de financiamiento— puede alterar significativamente el costo final.
Aun así, el mercado de la construcción continúa siendo un termómetro clave de la economía nacional: cuando se construye, hay movimiento, empleo y crecimiento.
El desafío del país será mantener la actividad sin sacrificar calidad ni sostenibilidad, apostando a la innovación, la planificación y la colaboración público-privada para equilibrar costos y acceso a la vivienda en los próximos años.