Ecuador experimenta una recuperación desigual en su sector de la construcción. Aunque se observa un crecimiento sostenido en proyectos privados, sobre todo en viviendas, centros comerciales y edificios corporativos, la obra pública continúa rezagada por falta de presupuesto y demoras administrativas. Esta disparidad genera un avance limitado, donde el impulso del capital privado contrasta con la inacción estatal. A ello se suma la dificultad de acceder a créditos hipotecarios, lo que frena la demanda habitacional. Las empresas privadas mantienen la actividad con inversiones diversificadas, pero la reactivación total del sector aún depende del liderazgo del Estado y de una estrategia nacional que priorice la infraestructura y el empleo.
Fecha:Thursday 30 Oct de 2025
Gestor:INSTITUTO IDARC
De acuerdo con la Cámara de la Construcción de Quito, el crecimiento observado durante 2025 se concentra en el ámbito privado y urbano, con un repunte en la construcción de viviendas, centros comerciales y edificios corporativos. No obstante, la infraestructura pública continúa estancada, afectada por los recortes presupuestarios, los retrasos en licitaciones y la incertidumbre económica general.
El resultado es un escenario de reactivación parcial, donde el dinamismo de las empresas privadas contrasta con la lentitud del Estado en ejecutar proyectos estratégicos de carreteras, saneamiento y vivienda social.
Uno de los mayores retos del sector sigue siendo el acceso al crédito hipotecario y a la financiación de obras.
Los bancos mantienen políticas de préstamo restrictivas, con tasas de interés que dificultan el acceso de las familias a viviendas nuevas y limitan la capacidad de inversión de los constructores.
El presidente de la Cámara de la Construcción de Guayaquil señaló que, aunque la demanda habitacional existe, la falta de financiamiento impide convertirla en proyectos concretos, especialmente en los segmentos medio y popular.
Ante la falta de obra pública, el sector privado ha tomado la delantera, con inversiones en proyectos inmobiliarios, parques industriales y complejos turísticos.
En ciudades como Quito, Guayaquil y Cuenca, las constructoras desarrollan proyectos de uso mixto que combinan vivienda, oficinas y comercio, impulsados por la necesidad de diversificación y por el crecimiento del mercado interno.
Asimismo, el auge del ecodiseño y la construcción sostenible ha ganado fuerza, con edificios certificados y materiales de menor impacto ambiental.
Pese a los anuncios gubernamentales de planes de infraestructura, los avances han sido mínimos.
El Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) enfrenta limitaciones presupuestarias y de ejecución, lo que ha detenido proyectos carreteros, puentes y redes de alcantarillado.
El sector reclama un plan nacional de infraestructura que combine inversión pública y privada, genere empleo y dinamice la economía, especialmente en provincias donde la construcción es uno de los principales motores productivos.
Las perspectivas para 2026 dependen de tres factores clave:
Sin estos pilares, advierten los analistas, el crecimiento actual podría desvanecerse rápidamente y consolidar un modelo desequilibrado, donde solo el sector privado sostiene la actividad.
Aunque la construcción en Ecuador vuelve a crecer, aún no se ha reactivado plenamente.
El país requiere una estrategia integral que fortalezca la inversión pública, facilite el acceso al financiamiento y promueva políticas sostenibles que den estabilidad a largo plazo.
La construcción —motor histórico del empleo y del desarrollo urbano— podría convertirse nuevamente en el pilar de la economía ecuatoriana, siempre que se articulen las acciones necesarias entre el Estado, la banca y la empresa privada.