La ciudad de La Paz vivió un momento histórico el 12 de abril de 2025 con la inauguración del Estadio Libertador Simón Bolívar, el nuevo y moderno recinto deportivo del Club Bolívar, que representa no solo una renovación en términos deportivos, sino también un potente motor de transformación urbana y cultural en la zona de Tembladerani, donde se ubica este emblemático lugar.
La apertura de este estadio no es un hecho aislado, sino el resultado de una visión estratégica a largo plazo denominada "Plan Centenario", un proyecto integral impulsado por la dirigencia del club con miras a modernizar su infraestructura de cara a los 100 años de fundación de la institución, que se cumplirán en 2025. Esta visión no solo comprendía un estadio, sino también la transformación del Bolívar en una institución moderna, con proyección internacional y con impacto directo en su comunidad.
Con capacidad para 25,000 espectadores, el nuevo Estadio Libertador Simón Bolívar ha sido diseñado para cumplir con estándares internacionales en seguridad, accesibilidad, tecnología y confort. Su arquitectura respeta el entorno urbano y cultural de la ciudad, incorporando elementos andinos en el diseño exterior y referencias históricas al libertador Simón Bolívar en sus espacios interiores, como murales, frases grabadas y una galería fotográfica que recorre la historia del club y del país.
La estructura cuenta con tribunas techadas, palcos ejecutivos, áreas VIP, y un sistema de iluminación LED de última generación que permite transmisiones en alta definición tanto en el día como en la noche. Además, ha sido equipado con un sistema de monitoreo ambiental y acústico que busca mantener un equilibrio con el vecindario y reducir el impacto del ruido durante eventos masivos.
Uno de los elementos más destacados del estadio es su sistema de drenaje y césped híbrido, que permite un excelente desempeño incluso en las condiciones climáticas desafiantes de La Paz. Esto ha permitido que el estadio pueda albergar no solo partidos del campeonato nacional, sino también encuentros de carácter internacional, como competiciones de la CONMEBOL y amistosos de selecciones.
El Estadio Libertador Simón Bolívar fue concebido como un espacio multifuncional. Además de fútbol, se han creado áreas para conciertos, eventos culturales, ferias gastronómicas y actividades comunitarias. Esto incluye una plaza pública de acceso libre, un auditorio techado para 500 personas, y espacios modulares que pueden adaptarse a exposiciones, ferias o actividades educativas.
El complejo también alberga restaurantes, cafés y tiendas temáticas del club, así como un pequeño museo interactivo donde los visitantes pueden conocer la historia del Bolívar, sus títulos, camisetas emblemáticas y figuras históricas.
Gracias a estos espacios, el estadio se ha convertido rápidamente en un punto de encuentro tanto para los aficionados al fútbol como para familias, turistas y vecinos de la zona. Esta transformación ha contribuido significativamente a revitalizar Tembladerani, tradicionalmente una zona de tránsito y residencia, pero con escasa oferta de actividades sociales y culturales.
Durante su fase de construcción, el proyecto generó más de 700 empleos directos y un número considerable de empleos indirectos en sectores como transporte, alimentación, comercio y servicios. A esto se suma el efecto multiplicador que ha tenido el estadio desde su apertura, ya que ha dinamizado la economía local, impulsando el comercio y atrayendo nuevas inversiones privadas en hoteles, tiendas y servicios turísticos.
Pequeños y medianos empresarios han visto oportunidades concretas con la llegada de miles de personas a cada evento. Según estimaciones de la alcaldía, cada partido genera un movimiento económico aproximado de 2 millones de bolivianos en consumo local, entre transporte, comidas, souvenirs y servicios diversos. En eventos especiales como conciertos o partidos internacionales, esta cifra puede duplicarse.
Además, el club ha impulsado un modelo de alianzas con microempresas para proveer servicios dentro del estadio (gastronomía, limpieza, logística), lo que ha permitido a muchos emprendedores acceder a un mercado masivo y establecer redes comerciales duraderas.
El complejo del Estadio Libertador también incluye una academia de formación integral, destinada a niños y jóvenes de todas las edades. Este espacio no solo busca formar talentos deportivos, sino también promover valores como el trabajo en equipo, la disciplina y el liderazgo.
Cada año, más de 600 niños y adolescentes participan en los programas de formación del club, que incluyen entrenamientos técnicos, preparación física, apoyo psicológico y tutorías escolares. El objetivo es brindarles un entorno seguro y estimulante que les permita crecer como deportistas y como personas.
Asimismo, se han firmado convenios con instituciones educativas y organizaciones sociales para ofrecer becas deportivas, actividades extracurriculares y capacitaciones gratuitas para padres de familia. Estas iniciativas reafirman el compromiso del Bolívar con su comunidad y con el desarrollo social a través del deporte.
El proyecto no solo se enfocó en el estadio, sino que incluyó un plan de movilidad urbana, acordado con autoridades municipales, para mejorar los accesos, la señalización vial y la oferta de transporte público durante eventos masivos. Se ha habilitado una red de ciclovías y se ampliaron las rutas de buses y minibuses hacia Tembladerani.
Desde el punto de vista ambiental, el estadio cuenta con sistemas de recolección de agua de lluvia, paneles solares para energía secundaria, y un plan de gestión de residuos que promueve el reciclaje y la economía circular durante todos los eventos.
Estas acciones hacen del estadio un modelo de infraestructura deportiva sostenible, adaptado a los desafíos ambientales y sociales de una ciudad como La Paz.
Desde su inauguración, el Estadio Libertador Simón Bolívar ha sido postulado como sede para eventos internacionales, como fases eliminatorias de la Copa Libertadores, torneos sub-20 y encuentros de la selección boliviana. Su ubicación estratégica y moderna infraestructura lo convierten en una opción competitiva frente a otros estadios del país y la región.
El club Bolívar, consciente de su proyección continental, también ha iniciado gestiones para convertir al estadio en una sede habitual para partidos amistosos de clubes extranjeros, así como para actividades organizadas por entidades como la CONMEBOL y la FIFA.
El nuevo estadio no reemplaza la memoria del antiguo Simón Bolívar, sino que la resignifica y fortalece. En sus muros se encuentran inscritos los nombres de jugadores históricos, y se ha creado un espacio conmemorativo con los objetos más simbólicos del club: copas, fotografías, camisetas y hasta boletos históricos.
Para los hinchas del Bolívar, este estadio es mucho más que un espacio físico. Representa la consolidación de una historia centenaria, la continuidad de una pasión colectiva y la reafirmación de una identidad deportiva profundamente paceña.
Los días de partido, la zona vibra con cantos, colores y emociones que hacen de cada encuentro una celebración popular. Las familias regresan, los niños sueñan con ser ídolos, y los adultos mayores reviven glorias pasadas. Todo en un mismo lugar, diseñado para perdurar.
La inauguración del Estadio Libertador Simón Bolívar marca un hito no solo en la historia del Club Bolívar, sino también en el desarrollo urbano, social y deportivo de La Paz. Representa una visión moderna del fútbol como motor de inclusión, economía, educación y cultura.
Su diseño funcional, su impacto económico y social, su sostenibilidad ambiental y su capacidad para generar orgullo colectivo lo convierten en uno de los proyectos deportivos más trascendentes de Bolivia en las últimas décadas.
Más que un estadio, es un símbolo de futuro: un lugar donde el deporte y la comunidad se encuentran para construir, juntos, una ciudad más viva, más justa y más unida.