Cargando...

Megaproyecto vial de S/ 24 mil millones transformará la conexión entre Lima y la sierra central

SUCESO IMPORTANTE EN EL SECTOR CONSTRUCCIÓN

El nuevo corredor vial de 185 km entre Lima y la sierra central transformará la conectividad regional y nacional en Perú. Con túneles, viaductos y muros de contención, la obra busca reducir tiempos de viaje y mejorar la seguridad vial. Su impacto económico incluye empleo, dinamismo comercial y desarrollo regional. La inversión supera los S/ 24,000 millones y su construcción iniciará en 2026.

Megaproyecto vial de S/ 24 mil millones transformará la conexión entre Lima y la sierra central

Fecha:
Thursday 29 May de 2025

Gestor:
INSTITUTO IDARC

La construcción de un nuevo corredor vial de 185 kilómetros que conectará Lima con la sierra central representa uno de los proyectos de infraestructura más ambiciosos en la historia del Perú. Este megaproyecto, que atravesará regiones como Junín, Huánuco y Pasco, busca reducir significativamente el tiempo de viaje entre la capital y los departamentos del centro del país. La vía ha sido concebida no solo como una carretera de tránsito, sino como un eje de desarrollo logístico, comercial y social que integrará diversas zonas productivas.

La actual Carretera Central presenta serias limitaciones técnicas y una saturación crónica, lo que genera constantes accidentes, demoras y pérdidas económicas. Por ello, este nuevo trazado vial busca reemplazar ese cuello de botella con una infraestructura moderna, segura y con estándares internacionales. La nueva vía se perfila como una autopista de alto estándar que podrá soportar el tráfico pesado y el incremento esperado en el flujo de mercancías y personas en los próximos 30 años.

La obra incluirá 34 kilómetros de túneles, 19 kilómetros de viaductos y 24 kilómetros de muros de contención, elementos que permitirán mantener una ruta continua y estable incluso en terrenos accidentados y de alta pendiente. Esto marca un hito en la ingeniería peruana y coloca al proyecto a la vanguardia de la construcción vial sudamericana. Su construcción está programada para comenzar en 2026 y culminar en 2031, con una inversión estimada que supera los S/ 24,000 millones.

Un diseño pensado para vencer la geografía andina

La geografía de la sierra central del Perú plantea grandes desafíos para cualquier obra de infraestructura, debido a sus terrenos montañosos, zonas de deslizamiento y alta actividad sísmica. El diseño del nuevo corredor vial toma en cuenta estos factores y propone soluciones técnicas innovadoras para garantizar la seguridad y durabilidad de la vía. Por ejemplo, los túneles permitirán atravesar cordilleras sin necesidad de ascensos prolongados, reduciendo la fatiga de los conductores y el desgaste mecánico.

El componente más destacado del proyecto son los 34 kilómetros de túneles, los más extensos jamás construidos en el país. Estas estructuras subterráneas permitirán evitar tramos sinuosos y zonas críticas expuestas a derrumbes. Cada túnel será equipado con sistemas de ventilación, iluminación LED, cámaras de vigilancia y salidas de emergencia, cumpliendo así con las normativas internacionales más estrictas en materia de seguridad vial.

A ello se suman 19 kilómetros de viaductos que atravesarán quebradas y valles profundos, permitiendo una traza recta y estable, incluso en zonas donde tradicionalmente ha sido imposible construir carreteras eficientes. Los 24 kilómetros de muros de contención reforzarán los márgenes inestables, previniendo deslizamientos y derrumbes durante la temporada de lluvias. Todo este conjunto de soluciones posiciona al proyecto como una de las obras más complejas e innovadoras de la región andina.

Impacto económico y proyección comercial

La ejecución de este megaproyecto vial tendrá un impacto económico inmediato y de largo plazo tanto en Lima como en las regiones de la sierra central. Durante su construcción, se estima la generación de más de 60 mil empleos directos e indirectos, lo que dinamizará economías locales, especialmente en los sectores de servicios, transporte, alimentos y construcción. También se contempla una importante participación de proveedores regionales de materiales e insumos.

En el mediano y largo plazo, la carretera transformará el comercio entre la costa y la sierra, permitiendo que productos agrícolas, minerales y manufacturados lleguen más rápido y en mejores condiciones a los mercados nacionales e internacionales. El tiempo estimado de viaje entre Lima y La Oroya, por ejemplo, se reduciría de 7 a apenas 2.5 horas, con un ahorro sustancial en combustibles y costos logísticos. Esta eficiencia redundará en una mayor competitividad para el sector productivo andino.

Asimismo, se espera que este nuevo eje vial incentive la instalación de parques industriales, centros logísticos y zonas de procesamiento a lo largo de su trazado. Esto permitirá descentralizar parte de la actividad económica de Lima, creando polos de desarrollo en las regiones atravesadas por la nueva carretera. En ese sentido, el proyecto es también una herramienta de integración territorial y de impulso al desarrollo regional sostenible.

Seguridad vial y estándares internacionales

Uno de los elementos centrales del nuevo corredor es la seguridad vial, un aspecto históricamente relegado en muchas carreteras peruanas. Esta autopista ha sido diseñada con criterios técnicos de alta seguridad: carriles de ida y vuelta separados por barreras, pavimento asfáltico de alto desempeño, señalización vertical y horizontal moderna, zonas de descanso y controles electrónicos de velocidad. Todo ello con el objetivo de reducir drásticamente los accidentes de tránsito.

La implementación de tecnologías inteligentes será otro punto distintivo. Se prevé la instalación de un sistema de gestión de tráfico en tiempo real mediante sensores, cámaras y estaciones meteorológicas, que enviarán información a un centro de control vial. Desde allí se podrá monitorear el flujo vehicular, detectar incidentes y coordinar respuestas rápidas ante emergencias. Esta tecnología colocará al Perú en la ruta hacia una movilidad vial más segura, moderna y eficiente.

Además, se aplicarán estrictos protocolos ambientales y sociales durante todas las etapas de la obra. Esto incluye la consulta previa con comunidades indígenas, la protección de fuentes hídricas y la gestión de residuos sólidos. Estas acciones buscan evitar los impactos negativos asociados a grandes obras de infraestructura y asegurar que el proyecto sea sostenible desde el punto de vista ecológico, social y económico.

Un proyecto con respaldo internacional y visión de largo plazo

El megaproyecto cuenta con el respaldo técnico y financiero del gobierno francés, mediante una alianza estratégica que incluye transferencia tecnológica y asesoría especializada. Empresas francesas con experiencia en la construcción de túneles y viaductos de alta complejidad están participando en las etapas de diseño y planificación. Este tipo de cooperación internacional garantiza altos estándares de calidad y cumplimiento de plazos en la ejecución.

El proyecto forma parte del Plan Nacional de Infraestructura para la Competitividad (PNIC), que busca cerrar la brecha de infraestructura que impide el crecimiento sostenido del país. La nueva autopista no será una obra aislada, sino que se integrará con otros proyectos complementarios como carreteras alimentadoras, centros logísticos y corredores ferroviarios. De esta manera, se creará una red de transporte multimodal que articule eficientemente la costa, la sierra y la selva.

A largo plazo, el corredor vial también tendrá un impacto positivo en la lucha contra la pobreza y la exclusión. Al mejorar el acceso a servicios básicos, reducir el aislamiento geográfico y generar oportunidades de empleo, la nueva carretera contribuirá a mejorar la calidad de vida de millones de peruanos. Su ejecución representa, por tanto, una inversión estratégica no solo en concreto y acero, sino en el futuro del país.

Desafíos técnicos y sociales por resolver

Pese al optimismo que rodea el megaproyecto, existen desafíos importantes que deberán ser abordados para garantizar su éxito. En primer lugar, la complejidad geológica del terreno andino podría generar imprevistos en la excavación de túneles o la cimentación de viaductos. Esto requiere una planificación detallada, estudios geotécnicos precisos y capacidad de respuesta ante contingencias técnicas. La ejecución debe ser rigurosa para evitar sobrecostos y retrasos.

Otro reto importante es la gestión de las relaciones con las comunidades locales, que podrían verse afectadas temporalmente por la construcción. Aunque el proyecto promete beneficios a largo plazo, es necesario establecer canales de diálogo, compensaciones justas y mecanismos de participación para evitar conflictos sociales. La experiencia de otros proyectos demuestra que la inclusión de las comunidades es clave para lograr sostenibilidad y aceptación.

Finalmente, será fundamental mantener la transparencia y la vigilancia ciudadana en todo el proceso. Por tratarse de una inversión de más de 24 mil millones de soles, la obra estará bajo el escrutinio de la opinión pública, la Contraloría y organismos internacionales. La implementación de licitaciones limpias, auditorías periódicas y mecanismos de rendición de cuentas garantizará que el megaproyecto se desarrolle con eficiencia, legalidad y compromiso con el bien común.

Contacto comercial del país EcuadorEcuador

Contacto comercial del país ChileChile

Contacto comercial del país ColombiaColombia