Chile dio un paso decisivo hacia la modernización de su infraestructura y la sostenibilidad en la construcción. En paralelo, se iniciaron las obras del proyecto ferroviario Santiago–Melipilla, considerado uno de los más ambiciosos del país, mientras el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó un préstamo de US$30 millones para fortalecer la construcción en madera industrializada en siete regiones.
Fecha:Thursday 13 Nov de 2025
Gestor:INSTITUTO IDARC
El nuevo tren conectará la capital con la provincia de Melipilla a través de 61 kilómetros de extensión y 11 estaciones, beneficiando directamente a 1,7 millones de personas.
22 trenes eléctricos garantizarán un servicio moderno, eficiente y sustentable.
El primer tramo está previsto para entrar en operación en 2027, marcando un hito en la movilidad urbana y regional.
Se espera que el proyecto reduzca significativamente los tiempos de traslado, descongestione el tráfico vehicular y contribuya a la disminución de emisiones contaminantes.
En paralelo, el BID aprobó un préstamo de US$30 millones destinado a impulsar la construcción en madera industrializada y sostenible en Chile.
El financiamiento se aplicará en siete regiones del país, promoviendo métodos constructivos más eficientes y respetuosos con el medio ambiente.
Se busca fomentar la economía circular, reducir la huella de carbono y potenciar el uso de energías limpias en el sector.
La iniciativa también apunta a generar empleo especializado y fortalecer la competitividad de la industria chilena en el ámbito internacional.
Ambos proyectos reflejan una estrategia integral de desarrollo:
Movilidad y conectividad: el tren Santiago–Melipilla mejorará la calidad de vida de millones de ciudadanos.
Innovación y sostenibilidad: la construcción en madera industrializada posiciona a Chile como referente regional en prácticas responsables.
Generación de empleo: tanto el proyecto ferroviario como el programa de construcción sostenible crearán miles de puestos de trabajo directos e indirectos.
Expertos destacan que estas iniciativas marcan un cambio de paradigma en la infraestructura chilena, combinando grandes obras de transporte con políticas de sostenibilidad. La apuesta por la innovación tecnológica y el financiamiento internacional refuerza la visión de un país que busca crecer de manera inclusiva y respetuosa con el medio ambiente.
Conclusión: El 13 de noviembre de 2025 quedará registrado como un día clave para Chile: el inicio de las obras del tren Santiago–Melipilla y la aprobación del préstamo del BID para construcción sostenible representan un doble impulso hacia la modernización del transporte y la transformación ecológica del sector construcción.