Un reciente estudio elaborado por CIEDESS (Centro de Estudios de la Seguridad Social) y el OTIC de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) reveló una tendencia crítica que podría redefinir el futuro del sector construcción en Chile: el envejecimiento acelerado de su fuerza laboral. Según el informe, el 34,6 % de los trabajadores tiene más de 50 años, mientras que la participación de los jóvenes ha caído a un preocupante 15,4 %, marcando un mínimo histórico.
El análisis advierte que, de no abordarse de manera urgente, esta situación podría comprometer la continuidad operativa del sector, reducir la productividad y limitar la capacidad para ejecutar proyectos estratégicos en infraestructura pública y privada.
Fecha:Wednesday 19 Nov de 2025
Gestor:INSTITUTO IDARC
La construcción ha sido históricamente uno de los motores del empleo en Chile. Sin embargo, cifras recientes muestran una tendencia que inquieta a especialistas:
La población laboral envejece más rápido que en otros sectores productivos.
La entrada de jóvenes no compensa las salidas naturales por jubilación.
Las condiciones del sector —altas exigencias físicas, informalidad parcial, accidentes laborales— disminuyen su atractivo para nuevas generaciones.
Los investigadores de CIEDESS señalan que este fenómeno tiene múltiples causas:
Baja incorporación de innovación y tecnología, que haría más atractivas las labores para profesionales jóvenes.
Escasa oferta de formación técnica especializada orientada a la industria 4.0 en construcción.
Preferencia de los jóvenes por sectores digitales o de servicios, considerados más estables y menos demandantes físicamente.
El envejecimiento de la fuerza laboral no es solo un dato demográfico; implica riesgos para la continuidad del sector. Entre los impactos identificados:
Reducción progresiva de productividad, especialmente en obras de gran escala.
Mayor vulnerabilidad a déficit de mano de obra, generando retrasos y sobrecostos.
Incremento de riesgos laborales, debido a mayores índices de fatiga y condiciones físicas asociadas a la edad.
Desafíos en la transmisión del conocimiento, pues no existe una sólida estructura de mentoría o relevo generacional.
El sector construcción participa de forma decisiva en la economía chilena y es clave para proyectos de vivienda, carreteras, hospitales, puentes y obras de mitigación. Por ello, la falta de trabajadores jóvenes puede retrasar metas críticas de infraestructura pública.
El estudio recomienda implementar acciones inmediatas para sostener el capital humano del sector en los próximos años:
Dirigidos a trabajadores mayores, para que puedan desempeñar funciones menos exigentes físicamente o relacionadas con supervisión, seguridad ocupacional y operación de maquinaria.
Diseño de programas formativos alineados con tecnologías modernas como:
BIM (Building Information Modeling)
Drones en supervisión de obras
Automatización de maquinaria pesada
Gestión digital de proyectos
Incluir becas, salarios competitivos, certificaciones laborales y mejoras en condiciones de seguridad.
Dos grupos que podrían contribuir a reducir el déficit, siempre que existan políticas concretas de integración y capacitación.
La advertencia de CIEDESS y el OTIC de la CChC pone en evidencia un problema que ya se observa en diversas obras a lo largo del país: escasez de personal joven y una creciente dependencia de trabajadores con más de 50 años.
El desafío es doble: modernizar el sector para hacerlo atractivo y garantizar que los trabajadores mayores sigan siendo parte del proceso productivo con condiciones adecuadas. La construcción chilena, señalan los expertos, debe transitar hacia modelos laborales más tecnológicos, seguros e inclusivos si quiere asegurar su sostenibilidad en los próximos 10 a 20 años.