Débil repunte y caída sostenida: el gasto en vivienda en EE. UU. se estanca pese a leves señales de recuperación

SUCESO IMPORTANTE EN EL SECTOR CONSTRUCCIÓN

El gasto en construcción residencial en EE. UU. continúa su tendencia descendente, con caídas del 0,3 % en mayo y un débil repunte en junio en los inicios de viviendas. La vivienda unifamiliar, motor clave del sector, experimenta su nivel más bajo en casi un año. La escasa subida en permisos de construcción anticipa un escenario incierto para el segundo semestre de 2025.

Débil repunte y caída sostenida: el gasto en vivienda en EE. UU. se estanca pese a leves señales de recuperación

Fecha:
Thursday 24 Jul de 2025

Gestor:
INSTITUTO IDARC

Caída del gasto en construcción: señales de alarma en la inversión residencial

Durante los meses de abril y mayo de 2025, el sector de la construcción residencial en Estados Unidos ha mostrado signos evidentes de estancamiento. En mayo, el gasto total en construcción descendió un 0,3 % respecto al mes anterior, profundizando una tendencia ya observada en abril, cuando la contracción fue del 0,5 %. Esta caída se centra especialmente en el segmento de la vivienda unifamiliar, que registró una baja del 1,8 % intermensual, lo que indica un debilitamiento estructural en uno de los pilares tradicionales del mercado inmobiliario estadounidense.

A pesar de que la inversión pública en obras de construcción aumentó apenas un 0,1 %, ese leve ascenso no fue suficiente para contrarrestar la desaceleración en el gasto privado. El comportamiento del sector pone en evidencia que, mientras los proyectos financiados por el Estado se mantienen estables, la inversión privada se retrae en un contexto marcado por las altas tasas de interés y el endurecimiento de las condiciones crediticias. Este escenario afecta directamente a la planificación de nuevas viviendas, especialmente en zonas suburbanas y rurales.

El gasto en construcción suele reflejar la salud general del mercado inmobiliario. Un retroceso sostenido en esta métrica, sobre todo en vivienda unifamiliar, apunta no solo a una menor demanda, sino también a obstáculos estructurales como la escasez de mano de obra, el encarecimiento de materiales y la presión inflacionaria sobre los hogares. Estos factores combinados han limitado la capacidad de muchas familias para acceder a créditos hipotecarios o iniciar proyectos de renovación y construcción.

 

Leve recuperación en junio: housing starts dan un respiro limitado

A pesar de la caída en el gasto, los datos de junio revelaron una recuperación moderada en los housing starts, o inicios de construcción de viviendas. Esta cifra aumentó un 4,6 % respecto a mayo, mostrando una reacción favorable del sector ante expectativas de estabilización de tasas en la segunda mitad del año. Sin embargo, este repunte debe analizarse con cautela, pues la base de comparación era baja y la tendencia anual sigue por debajo de los niveles de 2024.

La construcción de viviendas unifamiliares alcanzó un ritmo anualizado de 883.000 unidades, su nivel más bajo en 11 meses. Este dato contrasta con años anteriores donde el promedio superaba el millón de unidades. Esta desaceleración es significativa, dado que las viviendas unifamiliares representan una porción importante del mercado habitacional en EE. UU., especialmente en áreas fuera de los grandes núcleos urbanos.

Los analistas apuntan a que el modesto incremento en los housing starts podría no sostenerse si no hay mejoras en las condiciones macroeconómicas, especialmente en los niveles de ingreso real de las familias y la disponibilidad de crédito hipotecario. Por tanto, aunque junio ha ofrecido cierto alivio, no implica necesariamente un cambio estructural en la trayectoria descendente que se viene observando desde mediados de 2024.

 

Permisos de construcción: estancamiento prolongado limita la reactivación futura

Los permisos de construcción, considerados un indicador adelantado clave para la actividad futura en el sector, subieron apenas un 0,2 % en junio respecto a mayo. Este aumento, muy por debajo de lo esperado por los mercados, confirma que la demanda estructural de vivienda se mantiene débil. En términos interanuales, los permisos se ubican por debajo de los niveles de 2024, lo que augura un segundo semestre con escasa dinamización.

Este bajo nivel de permisos es preocupante, ya que señala que los constructores no prevén un entorno favorable para lanzar nuevos proyectos. Las razones principales incluyen la persistencia de tasas hipotecarias elevadas, el incremento en los costes de materiales como el acero y el cemento, y la incertidumbre económica general, especialmente en lo que se refiere al empleo y la inflación.

Además, la escasez de terrenos urbanizables y la rigidez regulatoria en muchas ciudades también limitan la expedición de nuevos permisos. En zonas como California, Nueva York y Massachusetts, las políticas de zonificación y las normativas medioambientales han frenado la expansión de desarrollos residenciales, incluso en contextos de alta demanda.

 

Impacto sobre el mercado laboral y las pequeñas constructoras

La contracción del sector comienza a reflejarse también en el empleo vinculado a la construcción residencial. Muchas pequeñas y medianas empresas constructoras están enfrentando dificultades financieras por la caída en la demanda y la reducción en la contratación de nuevos proyectos. Esto no solo implica pérdida de empleos directos, sino también efectos en industrias asociadas como transporte, fabricación de insumos y servicios técnicos de arquitectura e ingeniería.

Según cifras del segundo trimestre de 2025, la contratación en el sector ha caído un 2,1 % interanual, con mayor impacto en regiones del sur y oeste del país. Las empresas familiares dedicadas a la vivienda unifamiliar han sido las más golpeadas, mientras que las grandes desarrolladoras, gracias a su capacidad financiera, han logrado mantener cierta actividad mediante proyectos multifamiliares o inversiones públicas.

La presión sobre las pequeñas firmas también se ve reflejada en los niveles de morosidad en sus líneas de crédito. Muchas han tenido que renegociar sus deudas o incluso detener proyectos en curso por falta de liquidez. Este contexto de debilidad prolongada puede generar un efecto dominó en el ecosistema de la construcción residencial, limitando aún más la capacidad de respuesta ante una eventual recuperación de la demanda.

 

El rol del crédito hipotecario y la política monetaria

Uno de los factores más determinantes en la desaceleración del sector es la política monetaria restrictiva de la Reserva Federal, que ha mantenido tasas elevadas en un esfuerzo por contener la inflación. Aunque se espera una moderación hacia finales de 2025, las actuales condiciones dificultan el acceso a financiamiento tanto para constructores como para compradores de vivienda.

Las tasas hipotecarias, cercanas al 7 %, han disuadido a muchos hogares de adquirir nuevas propiedades, especialmente en segmentos de ingresos medios y bajos. Esto ha generado un doble efecto negativo: por un lado, se frena la compra de viviendas nuevas; por otro, se retrasa el inicio de nuevos proyectos, ante la escasa expectativa de ventas.

En este contexto, los analistas esperan que la Reserva Federal mantenga un enfoque prudente, evaluando cuidadosamente cualquier movimiento en tasas para no agravar la desaceleración en sectores clave como la construcción residencial. Cualquier ajuste en la política monetaria deberá equilibrar la necesidad de controlar la inflación con la urgencia de no estrangular la recuperación económica.

 

Perspectivas para el segundo semestre de 2025: cautela y diversificación

De cara a lo que resta del año, las expectativas del sector son moderadamente pesimistas. Si bien algunos indicadores como los housing starts muestran ligeros repuntes, la tendencia de fondo sigue siendo débil. La clave estará en cómo evolucionen los indicadores macroeconómicos, la política monetaria y los niveles de confianza de los consumidores.

Algunas empresas están optando por diversificar sus carteras hacia proyectos de remodelación o construcción de viviendas multifamiliares, donde la demanda se mantiene más estable. Otros actores del sector están explorando alianzas público-privadas para sostener la actividad mediante infraestructura social y viviendas subsidiadas.

En resumen, el escenario para la construcción residencial en EE. UU. sigue siendo incierto. Las señales de recuperación son todavía tímidas y los factores estructurales que afectan la demanda y la oferta siguen presentes. La evolución de este sector en los próximos meses dependerá en gran medida de las decisiones políticas y económicas que se adopten para estimular una recuperación sostenida.

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