En 2025, México acelera su transformación vial con una inversión histórica de más de 53,000 millones de pesos en infraestructura carretera. Este impulso busca cerrar brechas logísticas, mejorar la conectividad regional y dinamizar el desarrollo económico y turístico. Proyectos clave como el puente Coatzacoalcos II, caminos rurales en Chiapas y tramos estratégicos en Sinaloa, Tabasco y Baja California Sur forman parte del plan. Se espera modernizar más de 2,000 km de red vial y generar 150,000 empleos. Estas obras se integran con otras megaobras como el Tren Maya y el AIFA. La clave estará en garantizar transparencia, eficiencia y participación público-privada.
Fecha:Thursday 26 Jun de 2025
Gestor:INSTITUTO IDARC
En un contexto de reactivación económica y presión por mejorar la conectividad regional, el Gobierno de México ha acelerado la ejecución de proyectos estratégicos de infraestructura carretera en todo el país. Durante el primer semestre de 2025, se han movilizado más de 53,000 millones de pesos en obras viales, priorizando rutas que fortalecen el comercio, el acceso rural, el turismo y la logística nacional.
La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) anunció que esta inversión histórica generará más de 150,000 empleos directos e indirectos, y responde a un plan integral que busca modernizar más de 2,000 kilómetros de red carretera en los próximos 18 meses.
Entre las obras más destacadas se encuentran:
El gobierno ha señalado que este paquete de obras no solo busca resolver cuellos de botella logísticos, sino también estimular polos de desarrollo regional, integrar a comunidades marginadas y fortalecer corredores turísticos estratégicos, como los de la Riviera Maya, la costa del Pacífico y el sureste mexicano.
Según la SICT, los nuevos caminos rurales permitirán el acceso a servicios básicos para más de 1.5 millones de personas en zonas de alta marginación, mientras que los proyectos urbanos buscan modernizar accesos a aeropuertos, puertos y zonas industriales.
Varios de estos proyectos están directamente conectados con otras iniciativas del gobierno federal, como el Tren Interoceánico, el Tren Maya y los desarrollos logísticos del AIFA. El fortalecimiento de estas redes permitirá mejorar los tiempos de traslado de mercancías y personas, lo que se traduce en mayor competitividad para sectores productivos clave.
Si bien el ritmo de ejecución ha sido destacado, también se han encendido alertas sobre la necesidad de mayor transparencia en adjudicaciones, supervisión ambiental y participación del sector privado. El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y organismos como CMIC han llamado a fortalecer los mecanismos de licitación y promover esquemas de asociación público-privada (APP) para garantizar calidad, durabilidad y eficiencia presupuestal.
De cara al cierre del año, se prevé que al menos 30 nuevos tramos carreteros entren en fase de licitación o inicio de obras, principalmente en los estados de Oaxaca, Guerrero, Puebla, Nayarit y Sonora. Además, se proyecta una fuerte inversión en tecnología vial, como sensores de tráfico, infraestructura inteligente y mantenimiento automatizado.
Conclusión
México vive en 2025 un momento clave en materia de infraestructura carretera. La apuesta por una red vial moderna, inclusiva y resiliente no solo apunta a mejorar la movilidad, sino a consolidar un modelo de desarrollo más equilibrado y sostenible. El éxito dependerá de la coordinación entre niveles de gobierno, la inversión privada y una planificación que priorice las necesidades reales del país.