La industria de la construcción en Mar del Plata atraviesa una fuerte crisis, con una caída del 60 % en los permisos de edificación durante el primer semestre de 2025. Cámaras empresariales y sindicatos advierten que esta situación pone en riesgo miles de empleos y frena el desarrollo urbano de la ciudad. Los altos costos de materiales, la inflación y la lentitud en trámites municipales son los principales obstáculos. La parálisis no solo impacta al rubro inmobiliario, sino también a sectores vinculados como ferreterías y transportistas. Más de 1.500 trabajadores ya se encuentran sin actividad estable. El sector exige medidas urgentes para evitar una recesión constructiva.
Fecha:Friday 20 Jun de 2025
Gestor:INSTITUTO IDARC
La industria de la construcción en Mar del Plata atraviesa una de sus peores etapas en los últimos años. Cámaras empresariales, sindicatos y desarrolladores privados han advertido sobre un preocupante freno en la aprobación y ejecución de nuevos proyectos, lo que podría traducirse en un estancamiento urbano, pérdida de empleos y retroceso económico para la ciudad costera más importante del país. La alarma fue encendida tras un informe de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), delegación Mar del Plata, que reveló una caída del 60 % en los permisos de edificación durante el primer semestre de 2025.
Tradicionalmente, el segundo trimestre del año representa un punto de partida para numerosos emprendimientos inmobiliarios en la zona costera, pero en 2025 esa tendencia se ha revertido drásticamente. Según el informe, las principales razones del freno son el encarecimiento de materiales, la inflación acumulada en mano de obra, y una creciente incertidumbre en los marcos regulatorios locales. “Tenemos más de 30 proyectos en carpeta que no pueden iniciar por trabas burocráticas o falta de previsibilidad”, sostuvo Juan Antonio Gutiérrez, vocero del sector desarrollador.
El impacto no es menor. Se estima que por cada gran obra que no inicia se pierden entre 80 y 150 empleos directos e indirectos. Actualmente, más de 1.500 trabajadores de la UOCRA Mar del Plata se encuentran sin actividad estable.
Uno de los factores que ha complicado el desarrollo es el aumento sostenido de los costos. En lo que va del año, el índice del costo de construcción en la ciudad ha subido un 42 %, con incrementos particularmente altos en hierro, cemento, y equipamiento eléctrico. A ello se suma la imposibilidad de trasladar estos costos al valor de venta final, debido a un mercado inmobiliario congelado y menor demanda por parte de compradores e inversores.
A nivel municipal, las críticas también se dirigen a la falta de agilidad en la aprobación de planos, permisos ambientales y estudios de impacto urbano. “Los trámites que antes tardaban tres meses ahora se demoran más de seis. Esto desincentiva cualquier iniciativa de inversión”, indicó la Asociación de Desarrolladores Urbanos de la Costa.
La paralización no solo afecta al negocio inmobiliario. También impacta directamente en sectores conexos como ferreterías, carpinterías, servicios técnicos, transporte de materiales y alquiler de maquinaria. Mar del Plata, que ha vivido un auge de la construcción postpandemia, se enfrenta ahora a una desaceleración que podría dejar sin empleo a más de 5.000 personas si la tendencia se mantiene en los próximos seis meses.
Además, hay preocupación por el retraso en obras de infraestructura clave que debían modernizar áreas como la zona portuaria, barrios periféricos y desarrollos turísticos en Playa Serena y Camet Norte.
El sector privado ha pedido medidas urgentes para revertir la situación. Entre las propuestas están:
Desde el Gobierno Municipal, el secretario de Planeamiento Urbano, Eduardo Garaventa, aseguró que se trabaja en la simplificación de trámites y en un programa de reactivación de obras públicas, aunque aún no se han definido montos ni cronogramas.
La construcción en Mar del Plata enfrenta un punto de inflexión. Si no se toman medidas concretas y coordinadas entre el Estado y el sector privado, la ciudad corre el riesgo de entrar en una recesión constructiva con efectos de largo plazo en el empleo, el desarrollo urbano y la calidad de vida. En un país donde el sector de la construcción representa uno de los motores más importantes de la economía, lo que ocurra en Mar del Plata podría replicarse en otras regiones del país. La urgencia está sobre la mesa: es momento de construir soluciones.